La menor británica rechazó en noviembre someterse a la operación al considerar que no le garantizaba una mejora de sus condiciones de vida
Hannah Jones, la niña británica que el año pasado evitó que se le practicara un trasplante de corazón de eficacia dudosa en contra del criterio de los médicos, ha reconsiderado su decisión y ahora está dispuesta a someterse a la intervención para prolongar su vida.
Hannah, de 14 años y que desde los cuatro ha vivido continuas idas y venidas a los hospitales, dijo en noviembre pasado que no quería pasar por el "trauma" de otra operación más. Padece una extraña forma de leucemia desde que tenía cinco años. Para parar el cáncer, fue sometida a una brutal cura de quimioterapia que acabó provocándole un agujero en el corazón. En 2007 le implantaron un marcapasos, pero su corazón ya no aguanta.
"Sé que decidí que definitivamente no quería un trasplante de corazón, pero todo el mundo tiene derecho a cambiar de opinión", ha afirmado Hannah, que resolvió incluir su nombre en la lista de espera para un trasplante tras la fiesta en la que celebró su 14 cumpleaños. "El pasado domingo me sentí mal pero pensé que era por el sobreesfuerzo que había hecho en mi cumpleaños. En realidad, eran mis riñones", ha explicado desde su habitación en el hospital de Hereford, cerca de la frontera inglesa con Gales. Hannah no pudo ir a diálisis porque su corazón es demasiado débil. "La parte derecha (de ese órgano) no funciona bien y, después de muchas pruebas, me he dado cuenta de que son mayores los beneficios de tener un nuevo corazón". "Si tengo uno nuevo, tendría que tomar menos pastillas de las que tomo en este momento. Tomo 27, pero quedarían en 12", ha señalado.
En un principio, los médicos advirtieron a Hannah de que la operación era arriesgada y de que, de tener éxito, necesitaría otro corazón en diez años. Además, los medicamentos que tendrían que suministrarle para evitar un rechazo del nuevo órgano podrían reavivar la leucemia. Sin embargo, ahora estiman que, al ser más mayor, su organismo es más fuerte, existen por lo tanto menos riesgos que al principio y podría recuperarse completamente sin tener que necesitar otro trasplante en un futuro.
Los padres de Hannah, que vive en Marden, al oeste de Inglaterra, han apoyado en todo momento sus decisiones. "Obviamente queremos que Hannah esté con nosotros todo el tiempo que sea posible, pero no vamos a forzarla a hacer algo que ella no quiere", declaró su padre, Andrew Jones, cuando la menor rechazó el trasplante. "Ha estado toda su vida entrando y saliendo del hospital y ha decidido que ya es suficiente. No es una decisión impulsiva y no es de ninguna manera definitiva. Si cambia de opinión, también la apoyaremos", añadió.
La decisión inicial de la joven y el hecho de que los médicos acabaran aceptándola es perfectamente coherente con lo previsto por la legislación británica para estos casos. En 1980, la Cámara de los Lores dictaminó que un niño que comprende las consecuencias de sus decisiones ha de ser considerado legalmente competente para hacerlo. En España, la Ley de Autonomía del Paciente establece que, a partir de los 16 años, el menor tiene derecho a decidir, y si es más joven, pero entiende lo que hace, también.
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¿Qué os parece el cambio de opinión que ha hecho Hannah?. ¿Creeis que tomó una decisión precipitada por ser tan joven?. ¿ La eutanasia precipita la toma de decisiones a una situación desesperada?
¡¡Esperamos vuestras respuestas!!
Quizás la primera decisión si fue precipitada, pero el deber de los médicos y los padres es hacer todo lo posible para que la niña conozca las diferentes opciones, consecuencias, alternativas...y a partir de ahí elegir. Creo que la eutanasia no ocasiona esa precipitación, la precipitación depende de la persona que tome la decisión. La eutanasia es una solución, y como cualquier solución, podría ser precipitada.
Yo creo que si ha hecho bien en cambiar de idea. Por muy madura que sea la chica, una niña de 13 años no puede querer morir, quizás fue presionada por alguien, por la sociedad o por los medios.
Yo voté en vuestra encuesta "depende del caso". Rendirse es siempre de cobardes, pero claro, la verdad es que no sé que haría yo, en su caso o si esto le pasara a un familiar mio.
Cuando te ves enfermo sin posibilidades en la vida porque tu vida siempre será una silla de ruedas o una cama, creo que no se puede hablar de cobardía ni de rendirse. Estamos hablando de una vida y una vida sin poder hacer planes para el día siguiente porque sabes que no puedes salir de esa cama o silla no es la que uno desea. Hay que ponerse en el lugar de las personas que sufrimos de esto. Yo voto rotundamente que si… al fin y al cabo los resultados hablan por sí solos.