España: investigan la muerte de una mujer que recurrió a la eutanasia

Madeleine Z. tenía 69 años y padecía una enfermedad progresiva y fatal, que debilita los músculos. Días atrás, acompañada por dos voluntarios de una asociación proeutanasia, se suicidó en su casa de Alicante. Su hijo denunció a los miembros de la organización.





La Justicia española investiga la muerte de una ciudadana francesa que padecía una enfermedad degenerativa, quien se suicidó en presencia de dos voluntarios de una asociación proeutanasia.

Madeleine Z. sufría desde 2001 de Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA). Se trata de una enfermedad progresiva y fatal, que debilita los músculos hasta la parálisis.

La mujer, de 69 años, murió el 12 de enero pasado en su casa de Alicante. Pero su caso se hizo conocido hoy, cuando la edición del diario"El País" publicó una nota en la que se relatan sus últimas horas.

"Quiero dejar de no vivir. Esto no es vida", explicaba en la entrevista esta mujer, que se encontraba en silla de ruedas.

Para suicidarse, la mujer tomó una mezcla de helado con un polvo verdoso, fármacos molidos. Lo hizo en presencia de dos voluntarios de la asociación proeutanasia Derecho a Morir Dignamente (DMD), a la que ella pertenecía.

Por tratarse de una muerte no natural, el Juzgado de Instrucción número 7 de Alicante abrió un expediente y comenzó a investigar el caso.

Por su parte, el hijo de Madeleine, Domingo Biver, denunció a la DMD. "Si mi madre había tomado una decisión de acabar con algo, que no sé muy bien con qué, puede ser respetable, pero que haya tres personas aquí viendo el fallecimiento de mi madre no lo veo correcto", dijo.

Si bien se mostró sorprendido por la decisión de la mujer, ya que –dijo- ella no le había contado nada sobre sus intenciones, reconoció que en un momento de depresión le había comentado que quería dejar todo.

Qué dice la asociación que acompañó a la mujer en sus últimas horas
En opinión de la DMD, que tiene unos 2.000 socios, no hubo nada ilegal en la muerte de Madeleine. En este sentido, la asociación argumentó que la ley española -el artículo 143 del Código Penal- castiga con la cárcel a quien induzca al suicidio o coopere "necesariamente" con él. Es decir, con medios imprescindibles para que el enfermo muera, como proporcionar fármacos para un cóctel letal o recetas.

Por ello, explicaron que la DMD le facilita a sus socios de más de tres meses de antigüedad una guía de "autoliberación" elaborada por médicos y revisada por juristas del grupo.

Este "manual" reúne información -ya publicada o que se puede encontrar en internet- para procurarse una muerte digna con diversos métodos, entre ellos mediante una mezcla de fármacos.

"El suicidio es impune en España. Y dar información también lo es", señala la asociación. Y aclara que, en ningún caso, induce al suicidio, sino que ofrece a los socios acompañar sus últimos momentos con voluntarios, como sucedió con Madeleine.

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